jueves, 26 de julio de 2012

Cap.5: Pensamientos y reflexiones.

Los momentos pasaban, los recuerdos empezaban a demostrar que los días quedaban atrás, una semana dura para mí en la que no pude estar atento en clase un solo instante, Amy era la única en mi mente, en mi vida. Cada vez que hablábamos me hacía sentir cosas inexplicables dentro de mí, mis amigos me llamaban cursi cada vez que hablaba de ella como si de un ángel se tratase, pero sinceramente ella para mí lo era, un precioso ángel de alas blancas y de deslumbrante belleza. Que iba yo a decir de ella si era la chica de mis ojos, la única que me hacía sentir en la distancia más que cualquier otra estando cerca, la que me hipnotizaba con su sonrisa. Me encantaban sus labios al pronunciar mi nombre, sus ojos me hacían ruborizarme solo con posar su mirada en mí. Me daba miedo avanzar pues me daba miedo caer, no quería cometer un solo error del que arrepentirme, no quería hacerla llorar ni ser culpable de que su sonrisa no volviera a florecer. 

- Marc, tío, ¡despierta! ¿Hola? ¿Marc? ¡Tierra llamando a Marc! 
- ¿Qué? ¡Qué! ¿Qué pasa? ¿Dónde estoy? -Dije mientras despertaba de mi viaje a Marte. 
- ¡Por dios Marc! Acaba de terminar la última clase y empieza el finde, ¿¡quieres dejar de hacer el idiota y volver a casa o prefieres quedarte aquí todo el finde mirando las musarañas como un idiota!? 
- ¿Qué? Lo siento, estaba... 
- ¿Pensando en Amy? 
- Si... -Dije afirmando. 
- Me lo imaginaba...Tío, estas obsesionado con ella. Vamos y hablamos de camino a casa. 

Salimos del aula y yo todavía estaba un poco ido, no conseguía ubicarme en todo el asunto. 

- Bueno... ¿Cuándo tienes pensado pedirle que salga contigo? ¿Estás esperando a que se canse y se vaya con otro? Si te importara tanto como dices irías y le harías la gran pregunta. 
- Ya... Pero es que... No se... Me da... Como decirlo... Tengo miedo a que me responda con un "no"... 
- ¡Idiota! Sabes que te va a decir que si, ¡todo el mundo lo sabe! 
- Ya... Pero es que... 
- ¿¡Quieres dejar de hacer el tonto de una puta vez!? 
- ... 
- Marc, en serio... 

El silencio se hizo en ese momento entre nosotros, lo único que se podía escuchar en aquel momento era el sonido de una lata que Sam pateaba una vez sí y otra también. Lleguemos a su casa y tras un "luego te llamo" de él y un "vale" mío, continué mi camino. 


Al llegar como la mayoria de los viernes me encontraba solo en casa, Ayleen se encontraba en casa de alguna de sus amigas jugando hasta que nuestra madre saliera del trabajo y la pasara a recoger, ya que los viernes salía más tarde que otros días. Aunque no me encontraba totalmente solo, a mi llegada Hook apareció ladrando. Subí arriba y dejé mis cosas, “llamaré a Amy más tarde”, me dije. Cogí la correa y lleve a Hook al parque después de comer algo ligero en casa, no tenía demasiadas ganas de comer. Por el camino mi buen compañero tiraba de la correa como diciendo “suéltame ya Marc, quiero jugar”. Tan despistado iba que no me di cuenta de que Marta, una amiga, me saludaba a lo lejos. Cuando reaccioné y me di cuenta ella ya se encontraba demasiado lejos para acercarme y decirle algo. 

Llegué al parque y me tumbé en mi sitio favorito , una estatua en la que me encantaba sentarme mientras Hook jugaba con los demás perros y corría detrás de cualquier animalito que se interpusiera en su perruno camino. 

La noche se dejaba ver en el horizonte, la oscuridad se iba apoderando poco a poco de cada uno de los rincones de la ciudad y era imposible que alguien pudiera evitarlo. Hook llegó hasta el sitio en el que me encontraba y en su cara se nota que estaba más que cansado y pedía el regreso a casa. 

Abrí la puerta torpemente ya que la llave no se decidía a entrar en la cerradura. 

- ¿Dando una vuelta a Hook? 

Las palabras de mi madre fueron lo primero que escuché al abrir la puerta después de que mi perruno amigo entrara corriendo. 

- Si mamá. –Le respondí. 
- Te ha llamado Sam, ha dicho que no le cogías las llamadas. 
- Ya… Es que me he dejado el móvil en mi habitación. Ahora mismo le llamo. 
-¡La cena está casi ya, no tardes mucho en bajar! –Escuché gritar a mi madre mientras yo subía escaleras arriba. 

Tirado ya en la cama con el móvil en la mano llamé a Sam. Sus llamadas perdidas me colapsaban el móvil. 

-¿Sam? 
-Hola tío, ¡Por fin estas disponible!
-Lo siento, estaba con Hook en el parque y el móvil me lo he olvidado. Bueno… ¿Qué querías? 
-Pues nada, quería saber si mañana por la noche podías quedar, los chicos y yo hemos decidido hacer una fiestecilla en casa de Gerard. 
-Pues no sé yo… 
-Venga, ¡no seas un pelmazo! Además podrías invitar a Amy y así quedáis y os veis. 
-No sé si a Amy querrá ir… 
-Por preguntárselo no pierdes nada Marc… Pero bueno, al menos tu si vienes, ¿no? 
-No se… Ya veré… 
- Ok, no insisto, los idiotas como tú no tienen remedio. 
-Bueno, me piro a cenar. Hablamos mañana. Adiós. 
-Ok, ¡adiós pelma! 

Deje el móvil donde había permanecido toda la tarde, no tenía claro si a Amy le gustarían ese tipo de fiestas, pero había que intentarlo, era una buena oportunidad para lanzarme para ver qué pasaba. Bajé las escaleras pensando en cómo se lo diría, pero ninguna forma me gustaba. 

-Hijo, por fin bajas. La cena se te va a enfriar. 
-Es raro que el torpe de Marc llegue antes de que estemos a mitad de la comida… - Saltó Ayleen como siempre hacía para intentar llamar la atención. 
-Estúpida… - Susurre sin que se diera demasiada cuenta. 
-¡Marc! 
- ¡Pero si ha empezado ella! Bah, da igual. 
- Siéntate y cena de una vez.
- Vale… 

Se me hizo una interminable cena, las miradas y los silencios estaban demasiado presentes esa noche, una noche incómoda para todos. 

Después de recoger, ducharme y meterme en la cama me di cuenta de que para mi desgracia era demasiado tarde para molestar a Amy, aunque estaba deseando llamarla y saber si quería venir conmigo a la fiesta a la que me había invitado Sam. “La llamaré mañana”, me dije. Pero sin darme cuenta era como si la estuviera evitando inconscientemente. 

Me dormí entre pensamientos, dejando que el paso de la noche me invadiera y me hiciera soñar. 

A la mañana siguiente ya era sábado, un sábado bastante soleado para mi gusto, la luz que entraba por la ventana y los constantes ruidos y gritos molestos de Ayleen en la habitación de al lado me despertaron. Eran las ocho en punto. Decidí levantarme e ir a ver por qué mi hermana hacia tanto ruido tan temprano. Abrí la puerta y para mi sorpresa estaba con los cascos puestos, la música a tope, los ojos cerrados, cantando en voz alta y saltando como una loca encima de la cama. Preferí evitar la pelea e ir a desayunar, pegada en la nevera había una nota de mi madre. 

“Estoy en casa de la vecina, volveré antes de comer.” 

Me parecía perfecto, mi madre me había dejado con la loca de mi hermana. Me hice el desayuno y con las mismas cogí el móvil, Amy se levantaba temprano así que seguro que estaba despierta ya. Marque su número un poco indeciso por si no llamaba en un buen momento pero decidido a pedirle a Amy quedar esa noche. 

-¿Si? 
- Buenos días Amy, soy Marc…