sábado, 7 de abril de 2012

Cap. 4: Hoy no es mi día.

Sonó el despertador “mierda vuelvo a llegar tarde”, me dije. 

Ya volvía a llegar tarde de nuevo al tuto y todo porque siempre he necesitado dormir bastante más que los demás, bueno, en realidad yo sabía que la pereza también formaba parte de esos retrasos. 
Salté de la cama lo más rápido que el cuerpo me permitió y abrí el armario para buscar algo decente que ponerme.
 
-         ¡¡MIERDA!! – Grité al abrirlo.
Mi madre asustada por el escándalo subió a comprobar que me había pasado.
-        Marc, hijo, ¿estás bien? ¿Qué ha pasado aquí?
-         Nada mamá, déjalo, voy a llegar tarde no tengo tiempo para explicar nada de lo que ha pasado.
Esquive las molestas preguntas de mi madre al ver que toda la ropa se había caído al suelo, si, una avalancha de cosas se me cayó encima cuando lo abrí. Ya lo recogería cuando tuviera tiempo porque en ese momento me preocupaba mas el llegar tarde a clase. 

Bajé las escaleras y salí corriendo pedaleando hacia el tuto lo más rápido que pude ni desayunar ni nada, fue un milagro que saliera al menos vestido. Durante el trayecto estuve al menos dos veces a punto de que me estampara con la bici en dos postes que en mi opinión estorbaban allí, no era tampoco de extrañar mis ideas ya que no era la primera vez que esos estúpidos postes de publicidad se interponían en mi camino… 

*** 
Cuando llegué lo primero que hice fue dejar la bici en el mismo lugar de siempre. No se solían ver muchas por el tuto ya que la mayoría de los demás ya tenían coche, moto o simplemente se venían en bus pero la verdad es que yo prefería ir con mi vieja bici, resultaba menos contaminante para este pequeño mundo en el que vivimos, había alumnos que por ese simple hecho me miraban mal pero me importaba una mierda lo que pensara la gente de mi.
-       Vuelve usted a llegar tarde. – Me dijo el profesor al entrar medio corriendo por la puerta del aula.
-          No se volverá a repetir señor Cox.
-          Eso espero, ahora pase y siéntese, antes de que llegara usted estaba intentando dar una clase.
Me senté mosqueado al lado de Sam como de costumbre, no soportaba que Cox me mirara de aquella forma tan fría, para mi ridícula, que le caracterizaba. Una larga hora de Matemáticas en un lunes por la mañana no era la mejor forma de comenzar el día pero con mi buen amigo al lado todo era más ameno. Después llegaron cinco largas horas de clase donde lo único que hacía era atender pero no a los profesores sino al paisaje que se veía a través de la ventana.
-         ¡Marc! Espérame tío. – Dijo Sam.
-         ¡Eres un lento! Como no aceleres ese ritmo de tortuga no te espero.
-         ¡Ya voy!
Mientras yo ya estaba fuera del aula Sam se abalanzó sobre mí.
-         ¿Qué prisa tienes?
-        Estoy deseando llegar a casa y tirarme de cabeza al sofá porque sinceramente los lunes no están hechos para mí.
-         Chaval eres un exagerado y encima de tanto quejarte pareces un viejo. – Dijo entre risas.
-         Claro lo que tú digas… Bueno, ¿qué vas a hacer esta tarde?
-         He quedado con Alison para dar una vuelta y pasar el rato, ¿y tú?
-      Pues yo me acabo de acordar de que tengo que ir a casa de mi tío Will porque va a mudarse y aquí el tonto de turno tiene que ir a ayudarle con la mudanza.
Las pocas ganas de ir a ayudarle eran más que evidentes pero mi madre se enfadaría y básicamente me da pereza discutir con ella aunque de todos modos tiene todas las de ganar amenazando con miles de cosas. 

Al salir me despedí de Sam y me fui directo a mi bici para irme a casa lo antes posible.
-         ¡¡No puede ser, mierda!! ¿Dónde esta mi bici?
Era increíble a pesar de que era una bici bastante vieja y no llamaba mucho la atención me la habían robado. Este hecho fue bastante para demostrar que el lunes no era mi día favorito de la semana precisamente. ¿Qué debía hacer en ese momento? No me quedo otra opción que llamar a mi madre puesto que todos se habían ido ya. Insistí todo lo que mi alma me permitió pero su móvil estaba “apagado o fuera de cobertura” como decía aquella voz que me ponía de los nervios. No me quedó otra opción que coger un autobús público para ir a casa ya que caminando no quedaba muy cerca. 

*** 
Al fin pude llegar y ya hasta el hambre me había quitado pero de lo que si tenia verdaderamente ganas era de tirarme de cabeza al sofá aunque antes de poder reposar un poco algo me lo impidió. Alguien llamaba a la puerta y fui a abrir.
-        Lo que me faltaba… -Pensé.- Hola tío.
-     ¿Qué tal Marc? Me ha dicho tu madre que me ayudarías con la mudanza y he venido a recogerte.
-         Puf… Venga vamos.
No me había dado tiempo a comer y ya me encontraba de camino a casa de mi tío. Fue un viaje muy callado nadie hablaba a no ser que la situación fuera extrema. 

Me pase toda la tarde ayudándole y todavía tenía que llegar a casa y ponerme a hacer los deberes, en ese momento prefería tirarme por una de aquellas ventanas de la amplia y luminosa casa que había comprado Will. 


“Por fin en casa” me dije a mí mismo. Subí y antes de cenar lo primero que hice fueron los deberes, unos deberes que se quedaron a medias por la falta de concentración que tenía en ese momento, la verdad es que solo pensaba en ducharme e ir a dormir para que ese asqueroso lunes terminara al fin. Pensé en llamar a Amy pero me negué tras convencerme a mi mismo de que sería una idea muy mala aunque en el fondo me estaba muriendo de ganas.

En ese momento Ayleen apareció por la puerta.
-         Marc, mamá que bajes a cenar.
-         Ya voy idiota.
-         Imbécil.- Dijo saliendo de mi habitación con mal gesto en la cara.
Una vez abajo y tras un duro día por fin pude hacer una comida en condiciones.
-        Hijo, ¿qué tal te ha ido hoy?
-     Pues prefiero que no me preguntes la verdad, ha sido un día asqueroso que prefiero olvidar. El señor Cox me ha vuelvo a echar la bronca y encima me han robado la bici.
-         No te preocupes hijo te compraré otra tampoco es para tanto además sabes que Cox es buen profesor y se preocupa por ti aunque no lo creas.
-        ¡Sí, claro! Ese idiota de lo único que se preocupa es de sí mismo, no le soporto, puag, espero que se jubile pronto.
-         Estúpido…- Dijo Ayleen en voz baja.
-         ¡Te he oído niñata!
-         Marc, no le digas esas cosas a tu hermana, por favor.
-         Vale. – Respondí con tono irónico.
La conversación de la cena fue algo típico, ayude a mi madre a recoger todo mientras que mi hermana se duchaba. Cuando terminemos me fui directo al baño.
-         ¡Ayleen, sal ya joder! ¡No se qué mierda haces en la ducha tanto tiempo!
La puerta se abrió y a la salida Ayleen me piso el pie lo más fuerte que pudo. “Jódete” dijo mientras se dirigía corriendo hacia su habitación. “No vale la pena” pensé. Me duché y prepare todo para el día siguiente y me fui a la cama lo más pronto que pude porque estaba hecho polvo después de haber ayudado a mi tío.
-         Hasta la vista lunes. – Susurré tras un suspiro de alivio cuando me tire a la cama.

lunes, 2 de abril de 2012

Cap. 3: Un sentimiento en mi mente, una decisión que tomar.

A la mañana siguiente todo parecía normal, aunque mi interior había cambiado mucho después de aquel día en el que por fin fui capaz de mirarla a los ojos y decir “te quiero” aunque solo fuera en mis pensamientos. Según mi mente todo iba progresando poco a poco y nada podía hacer que mi pequeño sueño se esfumara. La quería, eso era evidente, pero algo dentro de mi me decía que era algo más que un “te quiero” lo que le quería decir. Quería que el universo fuera nuestro, que la felicidad estuviera siempre presente en su vida, que nada la hiciera llorar, quería protegerla frente a todo, invitar a sus miedos a que se marcharan de su interior, quería amarla día a día, la amaba.

Era tan difícil expresar un sentimiento que nunca antes había experimentado, es algo que cambia por completo todo lo que conocías hasta entonces, todo dentro de ti cambia sin darte cuenta.

-          Marc, hijo, ¡¿no vas a bajar a desayunar?! – Grito mi madre interrumpiendo mis pensamientos.
-          ¡Mamá! ¡Eres una pesada! ¡Ahora bajo!

Como siempre algo tenía que interrumpir mis reflexiones, lo extraño es que esta vez no era Ayleen la que interrumpía.
***
Era domingo, un domingo caluroso en el que no sabía qué hacer, no me apetecía quedar, solo quería estar con ella aunque en el fondo sabía que era más que imposible.

El reloj marcaba las cinco de la tarde, una hora más que óptima para dar una vuelta y ver que había por los alrededores, decidí llevar a Hook de paseo y así me distraería un rato de todo aunque no pensar en ella era algo que no se me pasaba por la cabeza.

Al llegar al parque me senté en un banco mientras mi perro escarbaba, ladraba, corría y jugaba junto con los otros perros.

-          Hola Marc. – Escuche decir a alguien.

En ese momento me encontraba cabizbajo sumergido en mis sueños y al levantar la mirada para ver de quien era esa voz me encontré con Lisa y con un pequeño bulldog francés que suponía que era su mascota. Ella era una de las mejores amigas de Amy, no la conocía en persona simplemente de verla con ella y bueno porque al fin y al cabo iba a mi clase. Me sorprendió mucho que ella sin conocerme se dirigiera a mí de manera tan directa.

-      Hola Lisa. – Le dije intentando disimular la curiosidad que me inundaba al pensar que hacia ella hablando conmigo.
-          Ya sé que te estarás preguntando que hago hablando contigo, ¿no es así?
-          Pues sí, la verdad es que me ha sorprendido un poco.

Ella se sentó a mi lado y soltó a su pequeño bulldog que respondía al nombre de Blue.

-          Pues te he visto y he venido a hablarte de Amy, ¿sabes quién es no?
-          ¡Claro que se quien es! Quien no lo sepa es que es un completo idiota y no tiene ojos en la cara…
-          Vale, vale me ha quedado claro. – Dijo entre risas.
-          Lo siento, no ha sido mi intención ponerme así de idiota.
-          ¡Bah! No pasa nada…

No hacía falta que nadie me dijera que estaba colorado, me ponía nervioso hablar del tema con alguien y más si era una chica y además era amiga de ella.

-          Solo he venido a decirte que le estas empezando a gustar a Amy, pero me ha dicho que no te dijera nada, aunque te lo digo porque quiero que no hagas daño a mi amiga, no la dejes hacerse ilusiones si no piensas tener nada con ella.

Me sorprendieron las palabras de Lisa, ¿yo le gustaba a Amy? Demasiados pensamientos abordaron mi cabeza. Era lo único que me hacía falta para tener claro lo que quiera, no iba a dejar pasar la oportunidad.

Tras unos segundos de decisiones Lisa se despidió de mí y fue en busca de Blue; aun el nombre me seguía haciendo gracia aunque no se podía decir que fuera poco original. Busque mi móvil en el bolsillo, ¿dónde está? Me dije.


Estaba ya oscureciendo y la gente se iba ya marchando a casa, ahí vi que era la hora de volver. Llegue y lo primero que hice fue dejar Hook y subir corriendo a mi habitación a buscar el móvil. Lo encontré pensando que no había sido lo bastante importante ese día como para que alguien me hubiera llamado pero me equivoqué.

Dos llamadas pedidas y un mensaje vi en aquella pequeña pantalla. Uno era de Sam, eso lo tenía seguro pero ¿y el otro de quien seria? Fui a mirarlo y una pequeña sonrisa picara salió de mi cara cuando me di cuenta de que Amy me había llamado. El mensaje era de mi tío Will quería que le ayudara con la mudanza ya que se venían a vivir cerca de nosotros para como decía él “tener a la familia siempre unida”. En ese momento no estaba precisamente pensando en la mudanza de mi tío pero si sentía curiosidad por lo que quería Amy, así que la llamé.

-          ¿Amy? Soy Marc, siento no haberte llamado antes de verdad pero es que no sabía donde había metido el móvil.
-          Hola Marc, no hace falta que me des tantas explicaciones. – Me dijo mientras reía.
-          Bueno… ¿Qué querías? ¿Por qué me has llamado?
-          La verdad no sé, simplemente me apetecía hablar contigo…
-          ¿Hablar conmigo?
-          Si, ¿te estoy molestando? ¿quieres que llame otro día?
-         ¡No, no, no! Tu nunca molestas chica, al contrario, me alegra que me hayas llamado porque estaba pensando en hacerlo yo. – Confesé en aquel momento.    
-          ¿Sí? Pues nada hablemos entonces, ¿no?
-          ¡Claro! ¿Qué tal te ha ido el día?
-          Pues la verdad es que bien he estado dando una vuelta con las amigas, he ido de compras, bueno ya sabes lo típico…

Estuvimos un par de horas hablando. No me cansaba de escuchar su voz y su risa, por mi hubiéramos estado hablando toda la noche pero de lejos se escuchó una voz que la llamaba para cenar.

-          Marc, me tengo que ir, mi madre me llama para cenar. – me dijo con voz frágil.
-          No te preocupes ya sabes que cuando quieras me puedes llamar, ¿va?
-          Vale, no te preocupes, hasta mañana, un beso.
-          Adiós Amy, descansa.- Le dije mientras colgaba.

Mantuve el móvil en mi oído hasta que se cortó la llamada, “te quiero Amy” dije mientras lo dejaba encima de la cama para yo también bajar a cenar.

***
Después de ayudar a mi madre a recoger todo, me duché y durante la ducha se añadieron un par de situaciones pensando en Amy, pero nada serio. De ahí me fui directo a la cama y volvió a sonar el móvil, estaba ya a punto de quedarme dormido, a la mañana siguiente había clase y si no dormía lo suficiente terminaría llegando tarde como casi todos los días. Así que cogí el móvil y mire quien llamaba, era Sam así que había la confianza necesaria para mandarle a la mierda y no sentirme mal.

-       Puto Sam, intento dormir, ¿sabes? No hay día para llamarme que tiene que ser ahora, ¿no? – Dije lo más enfadado que el sueño me permitió estar.
-          ¡Tío pero si te he llamado esta tarde que me estas contando tu ahora! La culpa es tuya por no coger el móvil a tus amigos... ¡Bah, da igual déjalo!

En ese momento los dos nos pusimos a reírnos de nosotros mismos. Nuestras discusiones nos las tomábamos a broma desde pequeños, nadie podía hacer que nos enfadáramos.

-          Bueno pues ahora estamos hablando, ¿no? ¿Qué querías?
-          Pues nada que te llamaba para decirte que he ligado con una tía, se llama Alison.
-        ¿Alison? Ese nombre me suena, ¿la conozco? –Dije intentando recordar quién era esa chica.
-          Claro que la conoces tío, nos hemos pasado toda la vida con ella, vive en los pisos que hay enfrente del tuyo y jugábamos a meternos con ella y con sus amigas.
-          Pues Sam, no me acuerdo la verdad, pero bueno ya me la presentaras, ¿no?
-          ¡Claro! Pero que sepas que tú no te acuerdas de lo que no quieres ¡eh!
-          Bueno si no te importa me voy a dormir, mañana te cuento en el tuto que me ha pasado hoy con Lisa.
-          Ale chaval, hasta mañana. Mañana en cuanto te vea me cuentas.

Esta vez procure que nadie más me interrumpiera el sueño apagando el móvil y poniéndolo a cargar, no me podía permitir llegar de nuevo tarde a clase.